#10 Frente al bloqueo

¡Hola! Ya tienes en tu buzón otra entrega de La conquista del feed. Si te gusta lo que lees, recuerda reenviar este correo para que más gente se suscriba con este enlace.

También puedes enviar ese enlace a tus amistades o compartirlo en redes. Me ayuda mucho, así que, ¡muchísimas gracias!

Recuerda que si tienes alguna pista puedes escribirme. Estoy en Mastodon, en Bluesky o incluso en LinkedIn.

En el número de hoy...

#LaLigaGate: organízate contra la censura digital en España

LaLiga, una sentencia judicial y las operadoras son las responsables de, invocando una supuesta lucha contra la piratería, llevar dos meses bloqueando indiscriminadamente páginas web en España. El Gobierno mira a otro lado, pero la gente ya se está organizando. Empieza #LaLigaGate.

En las últimas décadas ha sido habitual leer titulares sobre arrestos y juicios contra blogueros en países como Yemen, Cuba, Siria o Arabia Saudí. En 2008, Evgeny Morozov ya jugueteaba con la idea de que el derecho a bloguear fuese la siguiente gran frontera de las libertades. “¿Recibirán los blogueros la misma protección que periodistas y presos políticos? […] Es la pregunta que gobiernos occidentales y muchas organizaciones de derechos humanos deberían responder cuanto antes”.

Algunos debates son consustanciales al derecho a bloguear, y muchos se han cerrado en falso. El de la neutralidad de red es uno de ellos. Este es el principio por el que se garantiza que internet es un bien básico con el que las proveedoras de red (ISP) no deben jugar: deben permitir el tráfico de contenidos sin privilegiar a nadie.

David Casacuberta, el fundador del extinto capítulo español de la organización Fronteras Electrónicas, ya cuestionó hace unos años la supervivencia de ese principio. Lo hizo en una entrevista que le pude hacer poco después del confinamiento por la pandemia. “Hacemos videoconferencias y vemos pelis por un tubo. Eso es posible porque la neutralidad de red se ha perdido. Netflix tiene mucho más poder de transmisión, de bando de ancha, que cualquiera de nosotros”.

Curiosamente, en Europa el término ha resucitado en los últimos años a cuenta de un debate también algo viejo: el fair share o retribución justa que las telecos exigen a las grandes tecnológicas. Economía básica: las Netflix y Google de turno se han hecho de oro consumiendo una infraestructura que ponen otros.

Mientras, esos otros, quienes tiran los cables, entienden que la alta demanda que exigen las plataformas están estrechando sus márgenes de beneficio. Por eso las telecos instan a los reguladores a que tomen cartas en el asunto y aprueben un impuesto a la red que asuman esas grandes multinacionales. Las Netflix y Google de turno están escandalizadas, claro, pobres: ¡quieren acabar con la neutralidad de red!

Más allá de la bronca entre corporaciones, lo cierto es que la neutralidad de red se menoscaba día a día. A veces hay razones legítimas. Acabar con la propagación del material de abuso sexual infantil es el mejor ejemplo. Otras razones son, como poco, discutibles. Combatir el contenido ilegal -inserte aquí su definición de ilegal- o simplemente proteger obras con derechos de autor o copyright.

A Madrid o a Bruselas se le ha llenado la boca estos últimos años con una idea. Lo que es ilegal en el mundo físico también debe serlo en el mundo digital.

Sin embargo, ni La Moncloa ni la Comisión Europea han abierto todavía la boca sobre el atropello a los derechos digitales y a las libertades civiles que está suponiendo el bloqueo indiscriminado de dominios que están protagonizando las ISP a instancias de LaLiga de Javier Tebas. El 2 de mayo se cumplirán dos meses desde que muchas páginas y servicios en línea dejan de ser accesibles los fines de semana sencillamente porque hay fútbol.

Qué está pasando

Ni el Gobierno español ni la Unión Europea han abierto la boca por el momento con este tema. Ni siquiera los medios generalistas lo están abordando con la gravedad que merece. Solo puedo destacar el enormísimo trabajo que protagoniza desde hace semanas Joshua Llorach al frente de BandaAncha.eu, que ya hace unos días advertía de la semana horribilis que vamos a tener: la jornada 32 de LaLiga se solapa con la jornada 33, con lo que habrá fútbol ininterrumpidamente desde este lunes hasta el próximo jueves.

Sobre el por qué de este apagón informativo tengo algunas ideas, pero algunas razones son más prosaicas de la que muchos se pueden imaginar. El periodismo está mal pagado y la precariedad azota el sector. Muchos debates en torno a los derechos digitales se han cerrado en falso, como decía hace unas líneas: también el que contrapone la propiedad intelectual con la libertad de expresión. La lucha que protagonizaban hace quince años una recua de abogados y activistas contra villanos como la SGAE no ha tenido relevo. Y el nuevo ciclo de luchas recae en gente que no sabe que otro internet fue posible.

Cronología

Por no seguir dando las cosas por sabidas, recapitulamos brevemente:

A principios de febrero muchos internautas detectan que hay páginas web sin piratería inaccesibles durante la emisión de partidos de fútbol. En un principio, debido a bloqueos de amplios rangos IP a instancias de las operadoras (Movistar, Vodafone, MásOrange, Digi…).

Gol en Las Gaunas. LaLiga se hinche el pecho asegurando a mediados de ese mismo mes que han conseguido desactivar antes del derbi de Madrid una plataforma que pirateaba sus retransmisiones.

Días después LaLiga vuelve a la carga y en un segundo comunicado acusa a Cloudflare, una multinacional proveedora de servicios de redes de entrega de contenido (CDN), de “proteger a organizaciones criminales de forma intencionada con el fin de lucrarse”. Cloudflare ofrece con sus CDN una capa de privacidad que permite a los dominios ocultar su nombre, y esta es la razón por la que el bloqueo a páginas piratas están afectando a otras que no tienen nada que ver con supuestas actividades ilícitas: se ponen a matar moscas a cañonazos.

soccer GIF

La comunidad descubre que LaLiga se está amparando en una sentencia de 2022 de un juzgado de Barcelona. LaLiga y Telefónica denunciaron a las telecos (sí, Telefónica se denunció a sí misma). Las telecos se allanaron, es decir, mostraron su conformidad con las medidas que exigía LaLiga: la competición daría dominios que las operadoras deberían bloquear, y estas bloquearían. Lo conté más en detalle en este artículo que saqué en Público.

Cloudflare, evidentemente, no se queda parada. Presenta un incidente de nulidad contra esa sentencia. Aquí fuimos de los primeros en España en contarlo. RootedCON, la asociación que da vida al mayor congreso de ciberseguridad celebrado en España, se suma con otro recurso de nulidad.

A finales de marzo, el juez rechaza sendos recursos. RootedCON muestra su sorpresa con el magistrado: “Asumíamos que no se le había proporcionado toda la información necesaria. Lamentablemente, ahora ha quedado claro su papel”. Cloudflare también reacciona: “El juzgado no evalúa el significativo impacto que [estos bloqueos tienen] en nuestros servicios y el daño a los internautas inocentes”.

Días después, LaLiga emite un nuevo comunicado ya con recochineo, sobre una reunión en Madrid con la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea, con la Coalición de Propietarios de Derechos Deportivos y con miembros del Parlamento Europeo como Maravillas Abadía, del PP. Ya en enero mantuvo otro encuentro con el eurodiputado socialista Marcos Ros.

Y ya el remate de los remates (estoy juguetón con los juegos de palabras), el girito ibañesco que necesitaba la historia. LaLiga está buscando un “analista junior de ciberseguridad” para los fines de semana para que se sume al equipo que está haciendo el trabajo sucio.

En qué punto estamos y qué se puede hacer

Lejos de amainar, la polémica está creciendo ya en foros internacionales mientras el Gobierno español mira a otro lado. Ya se sabe que los bloqueos indiscriminados de LaLiga y las operadoras no arremeten únicamente contra los CDN de Cloudflare. Vercel, otra empresa tecnológica que ofrece los mismos servicios, también está siendo diana de estas restricciones.

El CEO de Vercel, el argentino Guillermo Rauch, se mostró taxativo en redes: “España está censurando internet bloqueando las IP de los CDN de Vercel, las puertas de entrada de millones de aplicaciones y páginas web. Estamos trabajando duro en mitigar este ataque para restaurar la libertad de expresión, ya que [España y LaLiga] están siendo poco comunicativos, muy discretos y no se amilanan por las quejas de los usuarios”. Y Cloudflare o Vercel no son las únicas.

Theo Browne, un desarrollador y creador de contenido con cerca de medio millón de suscriptores en YouTube, ha publicado un vídeo abordando el tema. Se titula: “España bloquea la mitad de internet”.

Uno se podía imaginar que la distopía comenzaría con ataques a la libertad de expresión con razones algo más sofisticadas que la idea de que nadie piratee el Barça-Mallorca de mañana, pero en estas andamos.

Es de esperar que esto no quede así, faltaría más. Es de esperar que pronto se vean nuevas acciones legales contra todo este despropósito. Para lo que ya no hay que esperar es para ver que algo se está moviendo.

Ha nacido el movimiento #laligagate, con una web en la que se está recopilando información y recursos, como un sistema que te indica si hay ahora mismo algún partido en juego y monitorea las IP que se están bloqueando en tiempo real, a la plataforma Afectados por LaLiga, una página en la que puedes incluir tu dominio en caso de que se vea afectado por los bloqueos para ir contabilizando las pérdidas económicas que esta actitud está provocando. Este domingo las pérdidas se cuantificaban en 50.000 euros. Horas después, la cifra se elevaba a 73.000.

Una cosa tengo clara. Javier Tebas, el jefazo de LaLiga, dijo hace semanas que quienes se quejan de estos bloqueos son “cuatro frikis”. Jamás dejaría que mi ego pudiera cabrear mínimamente a los mejores hackers de España. Alguno he visto con ganas de ver qué pasa en el Clásico del próximo 11 de mayo.

En breve…

Europa, con su ansia de hacer normas más fáciles de cumplir, está retocando el Reglamento General de Protección de Datos. ¿Dónde está la simplificación, que yo la vea? La propuesta ha encabronado a los expertos en la materia, como a la gente de Noyb.

4chan es historia. El controvertido foro de internet ha sido atacado por gente todavía peor que la que lo poblaba (en serio) y lleva inaccesible días. Se están filtrando miles de datos de usuarios y moderadores. Lo peor: la purria se va a esparcir.

Bruselas lanza un formulario para organizaciones civiles cuyo ámbito toque el Reglamento de Servicios Digitales (protección de menores, derechos digitales). Si estás en una de esas entidades o conoces a alguna, mándale este enlace.

Elon Musk ha metido Grok hasta en la sopa en X (dejando momentos muy divertidos, con el chatbot corrigiendo a sus dueños) y ahora Sam Altman quiere meter una red social en ChatGPT. Dios mío, qué pereza me está dando todo esto, de verdad.

El viernes pasado hubo huelga de los repartidores de Amazon en Italia, con seguimientos de hasta el 80% entre los conductores del centro logístico de Roma, según detallan los sindicatos a medios de comunicación como La Repubblica.

España (y muchos otros países europeos) no ha transpuesto todavía la directiva NIS2, que eleva los requisitos de ciberseguridad que deben acatar muchas empresas en sectores críticos. Se aprobó un anteproyecto en enero y no se ha sabido más.

La extra: La angustia de Pichai y Zuckerberg

Las regulaciones europeas tienen muy angustiadas a las grandes tecnológicas estadounidenses. Quizá uno de los efectos más evidentes de que el Reglamento de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés) comenzó a aplicarse en el Viejo Continente es una chorrada: desde el buscador de Google ya no hay enlaces directos a su aplicación Maps.

Si eso ya supuso un disgusto para el gigante de las búsquedas, qué habrá pasado por la cabeza de su CEO y presidente, Sundar Pichai, tras conocer el fallo judicial de un juzgado en EEUU: la compañía abusó de su posición dominante en dos de las tres patas de su negocio publicitario (en la de las herramientas que usan los editores para alojar inserciones publicitarias y en la del software que facilita la subasta de esos espacios).

Ya en agosto del año pasado, otra sentencia estadounidense resultaba igual de taxativa, esta vez sobre el papel de Google en el mercado de las búsquedas en línea. “Google es un monopolio, y actúa como tal para seguir siéndolo”.

Ahora que se sabe que Google también es un monopolio en la industria publicitaria, se abre el proceso para que la justicia dictamine qué medidas debe tomar la compañía. El Departamento de Justicia de EEUU ya exige la desinversión de algunas herramientas publicitarias. En otras palabras: que Google se desgarre y venda parte de sus negocios. La jueza dio el jueves siete días a las partes para hablar de medidas concretas. Google, por supuesto, ha asegurado que recurrirá la sentencia. Os recomiendo esta tribuna del exfiscal general de EEUU bajo el primer mandato Trump, Bill Barr.

Meta también está pasando cierta fatiga. Mark Zuckerberg ya ha tenido que declarar en sede judicial por otro juicio antimonopolio que se cursa en EEUU. La vista comenzó la semana pasada y se podría alargar hasta dos meses. El fallo judicial podría llevar a Meta a desprenderse de plataformas tan suculentas como Instagram.

Dudo que tal cosa llegue a ocurrir, pero vaya pintas deben estar teniendo los CEO de las tecnológicas teniendo en frente a la fiscal general de EEUU nombrada por Trump, a quien llevan tantas semanas agasajando.

Mientras tanto, Europa no pasa de las amenazas. Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión, avisó por enésima vez el 8 de abril. No dudarán en imponer multas, dijo. La pistola cuando se saca es pa disparar, el que la saca pa enseñarla es un parguela, digo yo.